Cuando miré al espejo
y ví tentáculos.
La longitud; el desánimo de andar descalzo
desnudo vestido
sin gusto por los trajes
siendo un papel en el aire
siendo un consejo o un rostro en el agua
una máquina de coser o una roca porosa.
Duro y blando.
Cuando me ví metido en la persona
y en mis manos un absurdo mango de futbolín
con mi boca hablando a conocidos
con mi alma encerrada en el descampado
en un desierto duro de dureza con uno mismo
como quitarle el sombrero a un viejo
como quitarle el gorro a la muerte
y volver despacio a ponerlo.
Como soñar y despertar.
(Licantropi) |